La importancia de las salidas culturales

La importancia de las salidas culturales

Cuando decimos que la Fundación Espurna es una entidad dedicada a la atención integral de personas con disCapacidad, defendemos que lo hacemos precisamente entendiendo integral tal y como lo define la R.A.E. en su primera acepción, como un adjetivo que comprende todos los elementos o aspectos de algo.

Teniendo esta premisa por bandera en cualquier aspecto a trabajar, me quiero centrar en la importancia de las salidas culturales como complemento de la parte educativa del centro ocupacional Espurnes.

Volvemos  aquí al concepto integral ,ahora aplicado a la educación, ya que  las salidas contribuyen a tener un aprendizaje integral más eficaz al unir conocimientos trabajados previamente ,pues antes de cada salida anticipamos a las personas participantes qué vamos a ver y qué podemos esperar ,con nuevos conocimientos  aprendidos en las visitas  a través de las explicaciones de los guías, los talleres y las diversas actividades que giran en torno a lo visitado, con lo que surge así un aprendizaje significativo.

Con las salidas culturales es obvio que se consigue un aprendizaje en el sentido estricto de la palabra, es decir, aprendemos cosas que antes no conocíamos o reforzamos algunos conceptos que ya teníamos previamente, adaptado por supuesto a las diferentes capacidades, pero también veo necesario destacar otro tipo de beneficios no menos importantes y que hacen que dichas salidas merezcan mucho la pena. Contribuyen a mejorar las habilidades sociales, pues al tener un cambio en la rutina habitual e introducirnos en entornos diferentes hace que debamos adaptarnos al nuevo medio y aprendamos, por ejemplo, a respetar turnos de palabra, a fomentar la capacidad de escucha, a aprender y a cumplir las normas de los espacios visitados. También mejoramos la capacidad de prestar atención ya que nos involucramos de manera activa en las explicaciones de los guías y en los talleres que con posterioridad realizamos sobre lo visto.

Qué duda cabe en que alimentar la curiosidad a través de una interacción con las obras hace que el pensamiento creativo se desarrolle y fluya durante la actividad.

La cohesión del grupo surge también de manera espontánea pues se crean unas sinergias muy positivas al relacionarse fuera del ámbito habitual y en un entorno distendido. También aflora la ayuda mutua, como en todas las interacciones entre compañeros, pues es algo muy interiorizado y trabajado y siempre surge sin necesidad de forzarlo.

Aprovechar los múltiples recursos que la comunidad nos ofrece hace que nos sintamos parte activa de la sociedad como sujetos de plenos derechos y por ende repercute en una mejora de la autoestima y el autoconcepto.

Al principio del articulo hablaba sobre el hecho de la importancia de algún tipo de preparación previa a la visita cómo explicarles qué vamos a hacer, qué vamos a ver y qué podemos esperar de la salida, aunque luego vivirla siempre nos aporta otras cosas que no esperábamos y el factor sorpresa es inevitable, pues no es lo mismo imaginarlo que vivirlo. Pero muchas veces el aprendizaje es bidireccional y no consiste solo en preparar la visita y luego hacerla, sino también a la inversa, pues de cosas que no sabíamos que iban a pasar o íbamos a ver, surgen nuevos hilos de los que tirar y de los que posteriormente nos nutrimos para seguir aprendiendo. Por citar algunos ejemplos para clarificar esto, en una de las salidas comimos en el Parque Gulliver de Valencia. Ni que decir tiene lo completo que fue el día, pero subrayo el hecho que entre tobogán para arriba y tobogán para abajo alguno me preguntó el porqué del nombre de ese parque. Eso derivó en una conversación grupal sobre la novela “los viajes de Gulliver” y posteriormente, aprovechando nuestras frecuentes salidas a la biblioteca sacamos tanto el libro y leímos algunos pasajes, como un cuento ilustrado y nos sirvió para aunar temas.

Igualmente, la visita al bioparc derivó posteriormente en educativa en la clasificación de los animales según su alimentación. También llevamos al aula los tipos de árboles y sus hojas caducas o perennes al presenciar durante un paseo hacia un museo unas calles repletas de hojas.

Gracias a estas visitas hemos podido visitar mil mundos y conocer muchas historias. En el IVAM a través ojos de Teresa Lanceta descubrimos el arte textil recordándonos a nuestros trabajos en el taller de costura. También volvimos para ver la obra de Julio González y comprobar realizando un taller muy original los diferentes límites que el museo impone a quienes traspasan sus puertas. En la Fundación Bancaja descubrimos al pintor valenciano Genovés y quedamos maravillados por la técnica de sus cuadros y cómo no, lo relacionamos con nuestro taller creativo. También nos aproximamos al universo de Jaume Plensa que con sus esculturas nos acercó a un mundo desconocido donde se utilizaban las letras de diversas formas nada tradicionales.

En el Centro Cultural del Carmen asociamos los bocetos iniciales de la artista Marina Puche con la creación de los monumentos falleros. Esto nos llevó a acordarnos de nuestra falla y en los dibujos previos que hicimos para darle forma, y en el Palacio del Marqués de Dos Aguas admiramos las piezas de cerámica tan extraordinarias y fue inevitable asemejarlas a nuestro propio taller de cerámica y a nuestras creaciones.

También hemos viajado a otros lugares lejanos como el antiguo Egipto en CaixaForum, a la Valencia romana en el Museo de Historia de Valencia, o a la prehistoria en el Museo de Historia Natural, pudiendo así reflexionar sobre el pasado y conectarlo con la actualidad. En la muestra de cine educativo volamos de la butaca a la pantalla de cine, que nos trasportó a universos repletos de valores y aprendizajes.

Bien es cierto que es casi imposible recordar todos los nombres de tantos artistas, salas, museos y lugares dinamizadores de la cultura visitados (y los que nos quedan), ni tampoco nos acordaremos de todos los lienzos, obras y piezas admiradas, pero lo que es innegable es que cualquier salida cultural deja en nosotros una huella significativa, y esa huella ya es imborrable.

Lola Casañ Garnelo | Monitora de Educativa y Teatro



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