En 1996 nació la Fundación Espurna y desde su origen también el Centro Especial de Empleo.
Forjado con el esfuerzo de cinco trabajadores y un monitor en un pequeño local situado en El Prado, se ha convertido en un lugar de trabajo que actualmente ya da trabajo a más de 90 personas con discapacidad intelectual, repartidos en diferentes enclaves y lugares de la comarca de la Safor o fuera de ella.
La lucha diaria de sus trabajadores se ha convertido en el referente de muchos usuarios de la fundación que esperan su futuro en el “Especial de Empleo”, así como de los propios trabajadores que han convertido su espacio laboral en una de las metas del bienestar. El trabajo les permite realizarse como personas y al sentirse útiles, les ayuda a desarrollarse personalmente.
El Centro Especial de Empleo tiene claro dos conceptos. El trabajo se debe realizar con una calidad igual o superior a la que la empresa está acostumbrada. Además, hace años que no conocemos el “cerrado por vacaciones”. Siempre al servicio de las empresas. Tal vez, estos dos principios hayan sido uno de los motivos de nuestro éxito.
Y así, demostrando que nuestros trabajadores no tienen barreras, pretendemos seguir creciendo hasta convertir nuestra empresa en una plataforma de oportunidades, donde el trabajo supone independencia, pero también valores sobre los que formar a las personas.