17 diciembre 2025 La Chispa que Despierta la Navidad en Casa
Cada año, cuando se acerca la Navidad, algo cambia dentro de nosotros. Yo lo siento desde que veo las cajas de decoración guardadas durante todo el año: hay algo dentro de mí que despierta y dice, sin decirlo, que por fin ha llegado el momento. Es ilusión, alegría, unión… es la chispa de la Navidad que empieza a encenderse.
La chispa crece cuando abrimos las cajas y empezamos a preparar la casa. Cada adorno que aparece es una oportunidad para compartir un momento, una idea, una risa. Colocar una guirnalda, encender unas luces, mover un adorno de sitio.
El Belén, nuestro ansiado pesebre, es nuestro punto de encuentro. Lo montamos con cuidado, con ilusión, poco a poco, como si entre todos fuéramos despertando su vida. Cada adorno encuentra su sitio, y mientras lo colocamos, siento que crece también nuestra alegría. Reímos cuando algún adorno se cae, cuando alguna luz no enciende a la primera, y nos ayudamos unos a otros, compartiendo cada instante. No importa que quede perfecto, importa que lo vivimos juntos. Y cuando llega el momento de colocar la estrella en lo más alto, todo se completa: mirarla brillar me hace sentir que nuestra ilusión también brilla, que cada risa, cada gesto y cada mano que ayudó a montarlo están reflejados en ella. Esa estrella es nuestra chispa más grande.
Es tan emocionante ver como entre todos un año más preparamos todo lo necesario para que desde la humildad, el pesebre brille con fuerza ansiando recibir la llegada del niño Jesús otro 24 de diciembre.
En cada piso se vive la Navidad de la misma manera. Casas llenas de luz y color, energía que parece saltar de una habitación a otra. El espíritu navideño se esconde en los pequeños gestos: en ayudar a colocar una bola, en decidir juntos dónde va un adorno, en decorar todos los balcones.
Cuando cae la tarde y las luces se encienden, me gusta quedarme un momento mirando la casa. Pienso en lo bonito que es crear estos momentos juntos, en cómo algo tan sencillo como decorar puede unirnos tanto. La Navidad no está solo en los adornos ni en la música: está en estos instantes que compartimos, en la chispa que aparece en cada uno de nosotros y que nos hace brillar juntos.
Para nosotros, la Navidad en los pisos no es solo una fecha ni una tradición. Es esa chispa que nos recuerda que, cuando hacemos las cosas juntas, la casa se llena de vida. Cada adorno, cada luz, cada estrella en lo alto del árbol, nos habla de lo que somos capaces de crear con nuestras manos y con nuestro corazón. Y yo sonrío, pensando que aunque los días pasen y las luces se apaguen, esa chispa nunca se irá.
La chispa de la navidad comienza en casa
Cada año, cuando se acerca la Navidad, algo cambia dentro de nosotros. Yo lo noto cuando veo las cajas de decoración guardadas durante todo el año. En ese momento, algo se despierta dentro de mí y me hace sentir que ya ha llegado la Navidad. Es ilusión, alegría y unión. Es la chispa de la Navidad que empieza a encenderse.
La chispa crece cuando abrimos las cajas y empezamos a decorar la casa. Cada adorno es una oportunidad para compartir un momento, una idea o una risa. Colocar una guirnalda, encender unas luces o mover un adorno de sitio se convierte en una experiencia compartida.
El Belén, nuestro querido pesebre, es el punto de encuentro. Lo montamos con cuidado y con ilusión, poco a poco, como si entre todos le diéramos vida. Cada figura y cada adorno encuentra su lugar. Reímos cuando algo se cae o cuando una luz no se enciende a la primera, y nos ayudamos unos a otros. No importa que quede perfecto, lo importante es vivirlo juntos. Cuando llega el momento de colocar la estrella en lo más alto, todo se completa. Al verla brillar, sentimos que nuestra ilusión también brilla. Esa estrella es nuestra chispa más grande.
Es muy emocionante ver cómo, un año más, preparamos todo con sencillez para que el pesebre brille y espere la llegada del niño Jesús cada 24 de diciembre.
En cada piso se vive la Navidad de la misma manera. Las casas se llenan de luz, color y energía. El espíritu navideño está en los pequeños gestos: ayudar a colocar una bola, decidir juntos dónde va un adorno o decorar los balcones.
Cuando cae la tarde y se encienden las luces, me gusta quedarme un momento mirando la casa. Pienso en lo bonito que es crear estos momentos juntos. La Navidad no está solo en los adornos ni en la música. Está en los momentos compartidos y en la chispa que aparece en cada persona y nos hace brillar juntos.
Para nosotros, la Navidad en los pisos no es solo una fecha ni una tradición. Es una chispa que nos recuerda que, cuando hacemos las cosas juntos, la casa se llena de vida. Cada adorno, cada luz y cada estrella nos habla de lo que podemos crear con nuestras manos y con nuestro corazón. Y aunque los días pasen y las luces se apaguen, esa chispa nunca se irá.
La chispa de la Navidad comienza en casa.





