Solidaridad en Viviendas Torrent

Solidaridad en Viviendas Torrent

La Fundación Espurna promueve el potencial de las personas con discapacidad intelectual, trabajando siempre la plena inclusión superando, así, los desafíos encontrados en su entorno en el día a día. Tras las lluvias torrenciales, las graves inundaciones y los devastadores efectos producidos por la DANA, desde mi posición como Educadora de las Viviendas Tuteladas en Torrent, he podido observar, con orgullo, como las personas usuarias de este recurso se volcaron de lleno en la ayuda a quienes más lo necesitaran, demostrando una gran resiliencia y un espíritu colaborativo que les hicieron brillar con fuerza, con luz propia.

 

Desde el minuto cero nos comunicaron, tanto al equipo educativo como a coordinación, su deseo de poner al servicio de todas las personas afectadas por la DANA su propio potencial. Querían aportar su granito de arena, estar hombro con hombro en las distintas labores de ayuda a sus vecinos y amigos. Así que todo el equipo que formamos Espurna, nos organizamos para realizar un acompañamiento cercano con todas las personas usuarias, para así, llevar a cabo su deseo.

 

De lo que más orgullosa me siento es de la respuesta de todas nuestras personas usuarias, ya que ha sido un ejemplo de panificación y ejecución que, combinado con todo el equipo profesional, dio como resultado que pudiéramos brindar apoyo en diferentes frentes.

 

Se comenzó con una participación activa en la limpieza de viviendas afectadas por el barro y el agua; pues les daba igual mancharse las zapatillas o llegar llenas de barro hasta las rodillas, o coger una pala, un rastrillo, un cubo u objetos pesados que retirar, eliminar el lodo, con el propósito de dar con todas sus fuerzas un poco de luz, de aliento a todas esas personas, aunque sólo fuese en el acto de limpiar de lodo los objetos personales, para así conseguir una sonrisa de cualquier persona afectada. A todas nuestras personas usuarias les nacieron esas ganas de echar una mano en todo lo que fuese. Se ha realizado tareas de coordinación en pabellones y centros comunitarios habilitados para la emergencia, se ha contribuido en la clasificación y reparto de productos básicos como alimentos, ropa y enseres de primera necesidad. Se trabajó junto a voluntarios y vecinos, gestionando las donaciones que llegaban; esta labor fue crucial para mantener el orden y garantizar que los recursos llegasen de la mejor manera posible y de forma eficiente a quienes más lo necesitaban.

 

Más allá de las tareas físicas, desde la Fundación Espurna, se donaron cajas de mascarillas, de guantes y de geles hidroalcohólicos, pues toda ayuda por muy pequeña que fuera podría suponer mucho para las personas afectadas y, así, cuidarnos entre todos y todas, haciendo comunidad y dando la oportunidad de prevención ante un posible contagio, al tener contacto directo con el barro y el agua estancada.

 

A las personas usuarias, todas estas experiencias vividas durante esos días y el poder aportar algo valioso a los demás, promovió a fortalecer su propia autonomía, desarrollar y aumentar sus habilidades. Su esfuerzo y dedicación, junto al apoyo y acompañamiento del equipo profesional de Espurna, fue clave para aliviar las consecuencias que una situación como la DANA puede tener en el día a día de estas personas con diversidad intelectual, consolidando valores como la responsabilidad, el trabajo en equipo y la empatía.

 

Cada día, al llegar a las viviendas, tras todo lo acontecido, nos dábamos apoyo mutuo, calor y, así, sacábamos lo positivo de la jornada, pues reforzábamos la mejor versión de cada uno de nosotros y nosotras. Hacíamos todo lo posible para mantenernos mas fuertes y unidos que nunca, organizando y aprovechando el tiempo para que resultase más efectivo, atendiendo a todo lo que estuviese en nuestra mano.

 

De todo ello se ha creado una huella imborrable en quienes recibieron el apoyo de nuestras personas usuarias, afianzándose en el hecho de que la verdadera inclusión es posible cuando se confía en las capacidades de cada ser humano.

 

La DANA nos ha hecho recordar que cuando todos los seres humanos trabajamos juntos, no sólo somos capaces de superarnos ante la adversidad, sino que fortalecemos los lazos que nos unen y se demuestra como las personas con discapacidad son una parte activa y proactiva de la comunidad incluso en los momentos más difíciles. En Espurna, cada gesto, por pequeño que parezca, es un paso a un mundo más justo, equitativo, inclusivo y lleno de posibilidades.

La Fundación Espurna trabaja para ayudar a las personas con discapacidad intelectual a desarrollar todo su potencial y ser parte activa de la sociedad, superando cada día los retos de su entorno.

Después de las fuertes lluvias e inundaciones causadas por la DANA, las personas de las Viviendas Tuteladas en Torrent mostraron su gran espíritu de solidaridad. Desde el principio, dijeron que querían ayudar a las personas afectadas, y todo el equipo de Espurna se organizó para acompañarlas y hacer realidad su deseo.

Estas personas participaron activamente en la limpieza de casas llenas de barro y agua. No les importó mancharse o esforzarse, porque querían dar ánimo y devolver la sonrisa a las familias que lo habían perdido todo.
También ayudaron en centros comunitarios, donde clasificaron y repartieron alimentos, ropa y otros productos básicos. Trabajaron junto a voluntarios y vecinos para gestionar las donaciones, asegurándose de que todo llegara de manera eficiente a quienes más lo necesitaban.

Además, la Fundación Espurna donó mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos para proteger a las personas que ayudaban y a las familias afectadas.
Todas estas experiencias ayudaron a las personas usuarias a fortalecer su autonomía, mejorar sus habilidades y aprender valores como la responsabilidad, el trabajo en equipo y la empatía. Su esfuerzo demostró que las personas con discapacidad son una parte importante y activa de la comunidad, incluso en los momentos más difíciles.

Cada día, despés de trabajar, nos dábamos apoyo mutuo y sacábamos lo positivo de cada jornada. Este trabajo en equipo nos hizo sentir más unidos y fuertes.

La DANA nos enseño que, trabajando juntos, podemos superar cualquier desafío. También dejó una huella imborrable en quienes recibieron la ayuda, mostrando que la inclusión es posible cuando confiamos en las capacidades de cada persona.

En la Fundación Espurna, creemos que cada pequeño gesto cuenta. Por eso, seguimos trabajando para construir un mundo más justo, inclusivo y lleno de oportunidades para todos.



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