
16 julio 2025 ESPURNA Y EL TRUST RUGBY INTERNATIONAL
Hay veces en que las palabras no bastan. En que los discursos, por muy elaborados que sean, no consiguen lo que puede lograr una mirada, un pase, una caída en la arena y una risa compartida. Eso fue exactamente lo que vivimos durante el entrenamiento de rugby inclusivo en la playa de Gandía, en el marco del congreso europeo “A Culture of Inclusion”.
Gracias a la colaboración con Trust Rugby International y a la complicidad de tantos profesionales y voluntarios, pudimos trasladar los valores del congreso, arte, deporte y cultura como motores de inclusión, a un terreno de juego real. Nada de powerpoints ni mesas redondas: hablamos de correr, chocar, abrazarse, levantarse, volver a correr. De jugar juntos.
Decenas de personas, entre ellas de nuestros deportistas, se lanzaron sin dudarlo a participar en una actividad en la que nadie era asistente ni asistido, sino simplemente parte del equipo. En la arena no había etiquetas, había pases. No había límites, había apoyos. Lo que vivimos allí fue más que un entrenamiento: fue una demostración viva de inclusión en estado puro. Porque en el terreno de juego los verdaderos expertos erais vosotros.
Ese día entendimos con más claridad que la verdadera inclusión no se explica, se practica. Que nuestro oficio no es solo diseñar apoyos y redactar programas, sino crear espacios donde todas las personas puedan experimentar la pertenencia real. Y qué mejor espacio que una playa, un balón, y un grupo de personas dispuestas a mirar al otro sin prejuicios.
Volvimos del entrenamiento llenos de arena… y de certezas. Con la piel todavía salada, pero con el convencimiento de que este es el camino. Que la inclusión no es un ideal, es una práctica diaria. Que a veces, para cambiar el mundo, basta con formar un círculo, pasar el balón… y dejar que el juego empiece.
A veces las palabras no bastan y aunque hablemos muy bien hay cosas que se expresan mejor mirando a los ojos, pasando una pelota, cayendo en la arena o riendo juntos.
Eso fue lo que pasó en un entrenamiento de rugby en la playa de Gandía. Allí, personas con y sin discapacidad jugaron juntas durante un congreso llamado “Una Cultura de Inclusión.”
Gracias a muchas personas que ayudaron, como la gente de Trust Rugby International y muchos voluntarios y trabajadores pudimos poner en práctica las ideas buenas del congreso, y hacer que las personas se sientan incluidas a través del arte, del deporte y de la cultura, pero esta vez, en el campo de juego.
Nada de cosas de ordenadores ni charlas: hablamos de correr chocar, abrazar, levantarse y volver a correr. Y sobre todo… jugar juntos.
Muchas personas, entre ellas nuestros deportistas, se animaron a participar en las actividades y allí nadie cuidaba y nadie era cuidado por nadie, porque todos eran parte del equipo. En la arena no había diferencias, había pases. No había cosas que frenan, había apoyo. Lo que vivimos allí fue más que un entrenamiento, fue una demostración de lo que significa que todos estén incluidos. Porque en el campo de juego los que más sabían erais vosotros.
Este día entendimos mucho mejor que el que todos se sientan parte de algo y participen de verdad no se puede explicar con palabras, se tiene que practicar. Que nuestro trabajo no es solo pensar apoyos y escribir documentos, sino crear lugares donde todas las personas puedan sentirse parte del grupo de verdad. Y no hay mejor lugar que una playa, un balón y un grupo de personas que quieren mirar a los demás sin pensar cosas negativas de nadie antes de conocerse.
Volvimos del entrenamiento llenos de arena … y llenos de cosas que sabemos que son verdad. Con la piel salada pero seguros de que este es el camino. Que incluir a todos no es solo una idea bonita, sino algo que hay que hacer todos los días. Que, a veces, para cambiar el mundo basta con ponernos en círculo pasar el balón y dejar que el juego empiece.