La convivencia y el sabor se unen en la celebración de las paellas del CEE

Un año más, el Centro Especial de Empleo (CEE) volvió a llenar de risas, buen rollo y olor a paella el Restaurante Boga, en una jornada que ya se ha convertido en toda una tradición: el Día de las Paellas. Y como siempre, no decepcionó.

Desde bien temprano, el ambiente ya era especial. Se notaba en las sonrisas, en los saludos, en las bromas que iban y venían entre fogones. Los trabajadores y trabajadoras del centro, acompañados de familiares, amigos y compañeros de Espurna, se organizaron en equipos y se lanzaron al reto del día: cocinar la mejor paella. O al menos, la más rica para su equipo. Porque al final, lo importante no era ganar… ¡era pasarlo bien!

Y vaya si lo pasamos bien. Entre risas, ingredientes y alguna que otra discusión (amistosa, claro) sobre si el arroz ya estaba en su punto o si faltaba más sal, se cocieron no solo paellas, sino momentos de esos que se quedan guardados. Porque cuando se trabaja en equipo y se cocina con cariño, todo sabe mejor.

El objetivo de esta jornada va mucho más allá del arroz y el sofrito. Lo que se busca, y se consigue año tras año, es reforzar los lazos entre compañeros, disfrutar fuera del entorno laboral y crear recuerdos juntos. Porque en Espurna no solo se trabaja codo con codo, también se celebran los logros y se disfruta del camino en buena compañía.

Después de las paellas —que por cierto, estaban todas buenísimas— llegó la hora de la sobremesa: charlas, risas, música, algún que otro baile espontáneo y premios simbólicos para las paellas más originales, más tradicionales o simplemente… ¡las que volaron del plato más rápido!

Estos encuentros son una manera sencilla pero muy poderosa de seguir construyendo comunidad, de recordar lo importante que es convivir, compartir y celebrar. Y también de mostrar que en el CEE Espurna no solo hay talento profesional, sino también ilusión, entrega y mucho corazón.