Grupo de fe

Grupo de fe

No puedo escribir este breve artículo sin olvidarme de: Mari, Tiscar, Xerri, José Luis, Javi, Dora, Reyes, Kevin, Vero, Inma, Sandra, Mari Amparo…ellos han sido los verdaderos catequistas estos dos años. Aprovecho para agradecer la gran labor de los coordinadores y monitores de la gran familia que es Espurna, además de agradecer la gran labor que realizó John (otro catequista) mientras estuvo con nosotros y la de Don Josevi, párroco de Nuestra Señora de Montesión, dónde realizamos los grupos de fe.

Cuando me propusieron que podríamos dar catequesis, me pareció una idea estupenda. Y bueno, nos pusimos manos a la obra; nos reunimos con el párroco, coordinadores de la asociación y con una persona que tenía cierta experiencia.

Al principio, pensaba: soy un chico con formación y me veo bien para dar catequesis…pero con el tiempo, me fui dando cuenta de que no era yo quién la daba , sino que yo mismo la estaba recibiendo.

Este período de tiempo me ha hecho más humano. Los chicos me han hecho ver que lo que más importa es ser como niños delante de Dios, ya que es nuestro padre que nos ama con locura y nosotros somos sus hijos. Además, cómo decía el Señor, el Reino de los Cielos es para los que son como niños. Y este ser como niños sumado a su gran corazón y sensibilidad es lo que más caracteriza, lo que les impulsa a amar cada día más al Señor. Como consecuencia, tras un período de formación, todos recibieron este año con gran ilusión el sacramento de la confirmación.

A su vez, dar estas catequesis me ha ayudado también a comprender el valor de la humildad. El Señor nos ama con locura, Él es y será siempre nuestro apoyo; nosotros delante del Señor somos poca cosa, pero cuánto más pensemos esto, y más queramos estar cerca de Él, más humildes nos iremos haciendo; porque nos iremos pareciendo más y más al Señor. Y esto es una de las cosas que he recibido como regalo de ellos.

Como solemos hablar los días de catequesis, la vida es un regalo de Dios; un camino hacia el Cielo, ya que estamos aquí de paso. Por eso, tenemos que luchar por hacer el mayor bien qué podamos; porque cuándo nos muramos, la pregunta que nos hará el Señor será: ¿cuánto has amado? Y uno ama más, cuánto más se deja amar por el Señor.

Querría terminar comentando que lo que buscamos es sobre todo luchar por parecernos más al Señor, que este grupo de fe, como todos los demás, busca amar cada día más al Señor y a los demás.

Quiero agradecer a Mari, Tiscar, Xerri, José Luis, Javi, Dora, Reyes, Kevin, Vero, Inma, Sandra, Mari Amparo y a otros por ser excelentes catequistas en Espurna durante estos dos años. También agradezco a los coordinadores, monitores y al párroco Don Josevi de Nuestra Señora de Montesión.

Al principio, pensé que dar catequesis sería fácil por mi formación. Sin embargo, aprendí mucho más de lo que enseñé. Los chicos me mostraron la importancia de ser como niños ante Dios, ya que Él nos ama profundamente. Ellos, con su corazón y sensibilidad, encuentran amor en el Señor.

Enseñarles me enseñó humildad. Dios nos ama mucho, pero somos humildes ante Él. Cuanto más nos acerquemos a Dios, más humildes nos volvemos. Este aprendizaje fue un gran regalo.

Hablamos de cómo la vida es un regalo de Dios y es un camino hacia el Cielo. Nuestro propósito es amar y hacer el bien, ya que al final, Dios nos preguntará cuánto hemos amado.

En resumen, este grupo busca ser más como el Señor, amarlo más cada día y amar a los demás.



Ir al contenido